Puente Angostura, Ciudad Bolivar, Foto de Armando Caicedo

lunes, 21 de marzo de 2011

Gijón uno de los mejores jardines botánicos jóvenes del mundo

Es uno de los máximos responsables de toda una institución de la conservación botánica, el Real Jardín Botánico de Kew, que supera los 250 años de historia y recibe cada año más de dos millones de visitantes. Nigel Taylor visitó ayer la finca de La Isla para hablar sobre la joya de la corona londinense, declarada por le Unesco Patrimonio de la Humanidad.
-140 hectáreas, 20.000 especies de plantas vivas, un herbario con 7 millones de espécimenes... ¿Cuánto tiempo llevaría visitar los jardines de Kew?
-Sólo para ver toda la zona accesible al público llevaría una semana. En una primera visita solo puedes descubrir una pequeña parte. Yo lo identifico con un iceberg: la mayor parte no está a la vista.
-¿Cuál es su ejemplar más singular?
-Desde el punto de vista de los visitantes, son las especies que tienen más historia asociada a ellas. Por ejemplo el 'ave del paraíso', original de Sudáfrica y que fue importada por primera vez en Europa por el jardín de Kew a finales del siglo XVIII. Era tan importante en la colección que su nombre botánico, 'Strelitzia reginae', fue puesto en honor de la Reina, entonces la mujer de Jorge III. No obstante, más allá de especies singulares, la mayoría de los visitantes buscan descubrir los espectaculares paisajes del jardín botánico, especialmente ahora en primavera.
-El jardín de Kew encabeza un importante proyecto de conservación: el Banco de Semillas del Milenio. ¿En qué consiste?
-En los años 70 se comprobó que muchas plantas tenían semillas que podían secarse, congelarse y mantenerse en estado de suspensión durante cientos o incluso miles de años, y ser replantadas después. Entonces Kew empezó a coleccionar semillas de especies de todo el mundo y las almacenó en grandes cantidades. Esta recolección de semillas permite tener una representación genética completa de cada especie y de un modo muy económico.
-¿Con cuántas semillas cuenta actualmente este banco?
-Actualmente se conservan más de 1.000 millones de semillas, correspondientes a 30.000 especies. En los próximos 20 años se pretende alcanzar el reto de contar con muestras del 25% de toda la flora mundial. En cualquier caso, aunque estamos orgullosos de que este banco esté en Kew, se trata de un proyecto para todo el mundo, y de hecho contamos con colaboradores en 80 países, cada uno de ellos con su propia colección.
-¿El objetivo final es salvar especies que se encuentren en extinción?
-La estrategia del banco de semillas se centra especialmente en plantas que estén ya en peligro de extinción, plantas endémicas que sólo se puedan encontrar en lugares muy determinados y plantas que tienen un importante valor medicinal o alimentario para las poblaciones locales, pero que por el modo en que se explotan acabarán extinguiéndose.
-¿Vamos camino de una realidad en la que haya especies que sólo se podrán ver en jardines botánicos pero no en estado silvestre?
-Estos casos ya se dan. En Kew tenemos el ejemplo del Nymphaea thermarum, el nenúfar más pequeño del mundo. El último ejemplar que quedaba de esta especie, originaria de Ruanda, llegó a nuestro jardín botánico, donde gracias al trabajo del gijonés Carlos Magdalena se pudo reproducir. Ahora tenemos muchos ejemplares y preparamos su reintroducción en su hábitat natural.
-¿Los problemas como el cambio climático dificultan la conservación de especies también en los jardines botánicos?
-Sí y por eso tienes que compartir plantas con otros países donde el clima sea diferente. Mucha de las especies que tenemos en Kew se duplican y se envían a otros botánicos con un clima más favorable.
-Esta es su segunda visita al de Gijón. ¿Qué le parece?
-Los jardines botánicos tienen un lento desarrollo, se deben plantear a muy largo plazo. Este es joven, con un hermoso diseño, unos objetivos correctos y recursos suficientes. Creo que es uno de los mejores jardines botánicos jóvenes del mundo.
Nota: super importante esta noticia, aprovecho para resaltar, que en Venezuela se lleva un proyecto de recolección de semillas y preservación de árboles autóctonos de cada zona llamada Misión Árbol, así que adelante con su labor.
Fuente: El comercio Digital (Asturia)

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