(cc) Joachim S. Müller

Las tortugas bobas son una especie carnívora famosa especialmente en las costas del mar mediterráneo, pero presente en amplias zonas del planeta. Con un peso de hasta 107 kilos, y de un metro de largo, desde hace treinta años que están descendiendo el número de playas donde ponen sus huevos, así como la cantidad de huevo que finalmente eclosionan y el número de tortugas que sobreviven. Todo esto a puesto a la especie completa en peligro de extinción.


Un grupo de científicos del español  Consejo Superior de Investigaciones Científicas descubrió cáscaras de huevos con infecciones de diversa gravedad, además de embriones enfermos de este reptil en un importante lugar de eclosión, en la isla de Boavista, en Cabo Verde, donde un 90% de estas tortugas pone sus huevos.

Aunque en muchas ocasiones la extinción de especies se debe a la acción humana, los científicos descubrieron que los problemas que están teniendo durante su reproducción las “Caretta caretta” (nombre científico de las bobas), se debe a un grupo de cepas del hongo “Fusarium solani”. Este hongo, que se alimenta de materia orgánica en descomposición, se presenta como una infección en ojos y uñas de animales, pero en esta tortuga afecta, además de la caparazón y piel, la cáscara del huevo.

El problema de esta investigación es que muy pocas tortugas sobreviven al huevo. Algo así como el 75% de ellas mueren antes de llegar al mar, por lo que ha sido difícil determinar cuánto está afectando a la población este hongo. Pero sí se sabe que un brote fuerte de esta cepa podría matarlas, ya que está presente desde el primer momento de la incubación en la mayoría de los nidos.