Tilacino (Tigre de Tasmania)
Este mámifero, también conocido como lobo de Tasmania, talacino, lobo marsupial o Tigre de Tasmania era un carnívoro marsupial nativo de Australia. El último ejemplar que se capturó vivo fue vendido al Hobart Zoo de Tasmania en 1933 murió en 1936. Recién entonces el Gobierno de Tasmania lo declaró “especie protegida”, pero ya era demasiado tarde.El tilacino tenía un gran parecido con los cánidos de otros continentes, a pesar de no estar emparentado con ellos. Al igual que los canidos, era un carnívoro adaptado a la captura de presas de tamaño pequeño o mediano.
Tenía un cuerpo estilizado, patas finas y cola delgada. Su pelaje era corto con rayas negras o marrones en la parte trasera, de ahí el nombre de "tigre". Las mandíbulas podían abrirse hasta extremos asombrosos, casi como las de un reptil, y estaba dotada de 46 dientes.Hace unos 3.500 años, la introducción del dingo, una subespecie del lobo común, amenazó la existencia de este animal, que desapareció de amplias regiones.
Mucho más tarde, la llegada de colonos europeos y sus rebaños de ovejas dieron el golpe de gracia a estos carnívoros, a los que se acusaba, tal vez injustamente, de provocar carnicerías entre las cabezas de ganado. Se puso el precio de una libra por cada lobo marsupial muerto, y la población fue diezmada. La especie fue declarada extinta en 1986, cincuenta años después, aunque desde 1936 ha habido cientos de supuestos avistamientos de tigres de Tasmania, por desgracia nada fiables.
Tenía un cuerpo estilizado, patas finas y cola delgada. Su pelaje era corto con rayas negras o marrones en la parte trasera, de ahí el nombre de "tigre". Las mandíbulas podían abrirse hasta extremos asombrosos, casi como las de un reptil, y estaba dotada de 46 dientes.Hace unos 3.500 años, la introducción del dingo, una subespecie del lobo común, amenazó la existencia de este animal, que desapareció de amplias regiones.
Mucho más tarde, la llegada de colonos europeos y sus rebaños de ovejas dieron el golpe de gracia a estos carnívoros, a los que se acusaba, tal vez injustamente, de provocar carnicerías entre las cabezas de ganado. Se puso el precio de una libra por cada lobo marsupial muerto, y la población fue diezmada. La especie fue declarada extinta en 1986, cincuenta años después, aunque desde 1936 ha habido cientos de supuestos avistamientos de tigres de Tasmania, por desgracia nada fiables.
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