Bucardo (Cabra Montes Ibérica)
El 5 de enero del año 2000 murió el último bucardo (Capra pyrenaica pyrenaica) que vivía en España. Esta subespecie de cabra montés ibérica estaba en peligro de extinción desde principios del siglo XX, debido sobre todo a la caza excesiva...
La cabra montés de los Pirineos (Capra pyrenaica pyrenaica), localmente llamada bucardo, puede ser recordada en una triste fecha. El 5 de Enero del 2000 murió el último Bucardo que vivía en el Parque Nacional de Ordesa, España. Esta subespecie de la cabra montés, endémica de los Pirineos (sólo habitaba aquí), ya se sabía que estaba en peligro de extinción desde principios del siglo XX, y la IUCN la consideraba en peligro crítico.
Se considera que junto a la cabra montés portuguesa o Mueyu (Capra pyrenaica lusitánica), es una de las dos subespecies de cabra montés que se ha extinguido directamente por el hombre.
En los años 70 se calculaba que quedaban unos 20 ejemplares, y a principios de los 90 se calculaba que apenas quedaba una docena en el cañón del río Arazas de Ordesa. Todos los esfuerzos para recuperar a la especie desgraciadamente llegaron demasiado tarde.
La IUCN la catalogó como extinta en el 2000, tras la muerte del último ejemplar.
CARACTERÍSTICAS
Con respecto a las otras dos subespecies de cabra, se diferenciaba principalmente por su pelo más largo y denso en invierno y la base más gruesa de los cuernos, tanto en machos como en hembras. La cornamenta del bucardo era así mismo, la más larga de entre las cuatro subespecies de cabra montés que han habitado la Península Ibérica en tiempos históricos.
Se alimentaba de herbáceas y líquenes.
HÁBITAT Y ÁREA GEOGRÁFICA
Originalmente se extendía por ambas vertientes del Pirineo, extendiéndose por el sur hacia las zonas montañosas del País Vasco, Navarra, Lérida y Gerona. En los últimos años, su población quedó restringida al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido (España).
Su hábitat eran bosques de pino silvestre, abeto, haya y pino negro, alternando con grandes cantiles rocosos y con barrancos y canales de avalancha, entre 1.000 y 2.200 metros de altitud.
AMENAZAS
Desde la segunda mitad del siglo XIX, numerosos cazadores europeos, de España, Francia y Gran Bretaña sobre todo, acudían a cazar ejemplares de bucardo. La rareza de la cabra montés en el mundo en aquel entonces, junto a la hermosa cornamenta que caracterizaba a los machos de estos animales, aumentaron su valor y la caza se convirtió en excesiva; hasta tal punto que en 1900 ya no quedaban ejemplares en la zona francesa, y tan solo quedaban unos 50 en España, una cantidad ya poco viable para la subsistencia de la subespecie.
La declaración de Ordesa como parque nacional en 1918 consiguió que estas cabras duraran más de lo esperado, pero aun así ni este parque, ni la protección estatal que llegó tarde, en 1973, fueron suficientes.
La cría en cautividad y posterior suelta en el medio, que podían haber disminuido las probabilidades de extinción, no llegaron a tomarse hasta 1996, cuando se capturó una hembra que murió poco después en cautividad sin llegar a reproducirse.
La cabra montés de los Pirineos (Capra pyrenaica pyrenaica), localmente llamada bucardo, puede ser recordada en una triste fecha. El 5 de Enero del 2000 murió el último Bucardo que vivía en el Parque Nacional de Ordesa, España. Esta subespecie de la cabra montés, endémica de los Pirineos (sólo habitaba aquí), ya se sabía que estaba en peligro de extinción desde principios del siglo XX, y la IUCN la consideraba en peligro crítico.
Se considera que junto a la cabra montés portuguesa o Mueyu (Capra pyrenaica lusitánica), es una de las dos subespecies de cabra montés que se ha extinguido directamente por el hombre.
En los años 70 se calculaba que quedaban unos 20 ejemplares, y a principios de los 90 se calculaba que apenas quedaba una docena en el cañón del río Arazas de Ordesa. Todos los esfuerzos para recuperar a la especie desgraciadamente llegaron demasiado tarde.
La IUCN la catalogó como extinta en el 2000, tras la muerte del último ejemplar.
CARACTERÍSTICAS
Con respecto a las otras dos subespecies de cabra, se diferenciaba principalmente por su pelo más largo y denso en invierno y la base más gruesa de los cuernos, tanto en machos como en hembras. La cornamenta del bucardo era así mismo, la más larga de entre las cuatro subespecies de cabra montés que han habitado la Península Ibérica en tiempos históricos.
Se alimentaba de herbáceas y líquenes.
HÁBITAT Y ÁREA GEOGRÁFICA
Originalmente se extendía por ambas vertientes del Pirineo, extendiéndose por el sur hacia las zonas montañosas del País Vasco, Navarra, Lérida y Gerona. En los últimos años, su población quedó restringida al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido (España).
Su hábitat eran bosques de pino silvestre, abeto, haya y pino negro, alternando con grandes cantiles rocosos y con barrancos y canales de avalancha, entre 1.000 y 2.200 metros de altitud.
AMENAZAS
Desde la segunda mitad del siglo XIX, numerosos cazadores europeos, de España, Francia y Gran Bretaña sobre todo, acudían a cazar ejemplares de bucardo. La rareza de la cabra montés en el mundo en aquel entonces, junto a la hermosa cornamenta que caracterizaba a los machos de estos animales, aumentaron su valor y la caza se convirtió en excesiva; hasta tal punto que en 1900 ya no quedaban ejemplares en la zona francesa, y tan solo quedaban unos 50 en España, una cantidad ya poco viable para la subsistencia de la subespecie.
La declaración de Ordesa como parque nacional en 1918 consiguió que estas cabras duraran más de lo esperado, pero aun así ni este parque, ni la protección estatal que llegó tarde, en 1973, fueron suficientes.
La cría en cautividad y posterior suelta en el medio, que podían haber disminuido las probabilidades de extinción, no llegaron a tomarse hasta 1996, cuando se capturó una hembra que murió poco después en cautividad sin llegar a reproducirse.
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