La reserva forestal de Caparo tiene una superficie de 174.484 hectáreas, fue decretada por Resolución 22 del 02 de febrero de 1961, según Gaceta Oficial Nº 26.479 del 10 de febrero de 1961. Un tema de debate obligado fue el lamentable deterioro de esta área protegida; se sabe que en veinte años, específicamente entre 1987 y 2007 se deforestaron 95.961 hectáreas que representan el 65% de la superficie boscosa que había en 1987, incluso, la tasa de deforestación anual es de 3,2% (4.798 hectáreas por año) según los datos aportados por el geógrafo Hernán Maldonado en su tesis de grado.
Tomando como referencia esta tasa, se estima que entre 2008 y 2011, ambos inclusive, desaparecerán 19.192 hectáreas, es decir, para finales de 2011 se prevé que la superficie boscosa de la reserva estará reducida a 31.967 hectáreas (18,3%). Quiere decir que el 81,7% de la superficie de bosques ha sido destruida, la causa principal ha sido la acción de ocupantes ilegales tanto nacionales como extranjeros que han dedicado las tierras al uso agropecuario, lo cual entra en contradicción con el uso original de producción forestal.
Estamos convencidos de la importancia de hacer un esfuerzo supremo, a fin de conservar la biodiversidad de los bosques naturales de los llanos occidentales. Es necesario conservar este vestigio de bosque natural (18,3%), que incluye las 7000 hectáreas del comodato ULA - MinAmb (según Gaceta Oficial número 3.107 del 15-03-1983) y así proseguir la investigación científica forestal en esta región del país. No tiene sentido una reserva forestal sin bosques, es como pedir un sándwich de jamón y queso sin jamón y queso.
wijimenez@terra.com
Gran parte de la deforestación en América Latina es causada por los procesos de colonización agraria (movimientos de población hacia tierras no explotadas o subutilizadas). Venezuela también tiene serios antecedentes de explotación de los bosques motivada por estos procesos, tal como ocurrió en la década de los 80 cuando se presentaron altos índices de expansión de agricultura y ganadería en bosques cuyas consecuencias siguieron hasta el presente. Con la finalidad de garantizar el potencial ecológico del país, el Ejecutivo Nacional ha declarado Áreas Bajo Régimen de Administración Especial, dentro de las cuales se encuentran las reservas forestales: grandes áreas boscosas de propiedad pública, que han sido decretados como tal, para asegurar el abastecimiento de la industria forestal nacional. Por su ubicación, composición florística o por ser las únicas disponibles en determinada área, constituyen elementos indispensables para el mantenimiento de la industria maderera nacional. Su aprovechamiento debe regirse por los planes de ordenación y manejo forestal, contemplados en la Ley Forestal de Suelos y Aguas, basados en el principio de rendimiento sostenido. Por tanto, en las mismas no se permiten desarrollos urbanos o de cualquier otra actividad que afecte la sustentabilidad del bosque [Cesimo, GAIA, 1998].
Lamentablemente, a pesar de la existencia de la normativa necesaria para la conservación de las mismas, los índices de deforestación en Venezuela son alarmantes. La reserva forestal de Caparo es un buen ejemplo de esta situación. Fue creada el 2 de Febrero de 1961. Con su decreto, el Ejecutivo Nacional pretende garantizar el mantenimiento sustentable de la industria maderera nacional, además de asegurar el suministro continuo de materias primas para la industria general del país. Durante los primeros años fue la reserva menos deforestada del oeste de Venezuela debido a su difícil acceso (en particular durante la época de lluvia cuando el bosque se inunda). Sin embargo, actualmente, la demanda de tierras para actividades agrícolas es tan importante como la explotación de la madera. Las contradicciones entre diferentes organismos gubernamentales, la existencia de intereses políticos a favor de las invasiones (colonizaciones agrarias) y la pobreza (entre otros factores), fomentan el establecimiento ilegal de colonos, y en consecuencia, el avance de las actividades agropecuarias en zonas boscosas sin control alguno. Todo ello se ha precipitado por la inexistencia de algún ente que realice la vigilancia y el control necesarios, permitiéndose que tanto algunos concesionarios como los explotadores ilegales de madera, irrespeten las cuotas asignadas de explotación y de reforestación; comprometiéndose entonces, la producción sustentable de madera de la reserva [Cesimo, GAIA, 1998].
La Reserva Forestal de Caparo se encuentra al suroeste del Estado Barinas, inicialmente ocupaba una superficie de 176.434 has.
Estaba dividida en tres unidades para facilitar su manejo [Pozzobon B. 1995]: Unidad Uno (I) abarca 56.358 Ha; la Unidad Dos (II), 57.253 Ha; y, la Unidad Tres (III), 60.673 Ha. Dentro de la Unidad Uno se encuentra el Área Experimental, en la cual el Comodato ULA-MARN (Universidad de los Andes-Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables).
Actualmente sobreviven menos de 7000 has de bosque pertenecientes a la Unidad Experimental de la Universidad de los Andes, área dedicada al servicio de las actividades de investigación y docencia en el campo, contando con el historial más significativo de investigaciones para el manejo de los recursos forestales. El resto de las has de bosque han sido deforestadas debido a los procesos de colonización agraria y a los malos manejos de las concesionarias madereras reservas Forestales Ticoporo y Caparo
Fuente: cesimo.ing.ula.ve
Reservas Forestales Ticoporo y Caparo (Información del Ministerio de Ambiente)
Reservas Forestales Ticoporo y Caparo (Información del Ministerio de Ambiente)
En las reservas forestales Ticoporo y Caparo del estado Barinas, se manifiestan dos problemas fundamentales: el deterioro ambiental y las pobrezas de sus habitantes, en un contexto de explotación maderera por parte de las empresas privadas y de colonización de estas áreas bajo régimen de administración especial.
Acciones:
• Fortalecimiento de la organización comunitaria a través de la formación y capacitación.
• Formulación del plan de ordenamiento y reglamento de uso.
• Manejo comunitario de bosques como instrumento para legalizar la participación de los habitantes, en la recuperación, manejo y conservación de estas áreas protegidas.
• Creación de redes de solidaridad y cooperación con instituciones y organizaciones nacionales e internacionales.
Soluciones: ordenamiento territorial para la asignación y reglamentación del uso de la tierra; organización comunitaria en asociaciones cooperativas; fortalecimiento del proceso de desconcentración territorial; mejoramiento de la calidad de vida de las familias presentes en áreas de frontera; soberanía agroalimentaria; recuperación y aumento de la cobertura boscosa, por corresponsabilidad, lo cual contribuirá, entre otros, a mitigar el proceso de desertificación, captación de carbono, protección y aumento de la fauna silvestre, disponibilidad de materia prima
• Manejo Integral Comunitario de los Bosques: Resolver el conflicto ecológico, económico, social, ambiental y político en las Reservas Forestales Ticoporo y Caparo (Decreto 451 de fecha 14/11/99).
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