Hermosos lirios “nacidos” en San Antonio de los Altos vuelan horas hasta llegar a Rusia, donde cada vez hay más presencia de productos venezolanos dignos de exportación Una historia de amor protagonizada por un hombre proveniente de Jordania y una de las descendientes de las primeras 40 familias canarias que fundaron San Antonio de los Altos, esconde los inicios de la floricultura en Venezuela, rubro que ha crecido en un 300% durante los últimos diez años. Así lo afirma sin temor a equivocarse Luis Hadad, nieto de Anselmo Hadad, quien en el año 1918, tras llegar a Venezuela, se dedicó al comercio de telas, recorriendo en burro desde la capital de la República hasta los Altos Mirandinos, donde se flechó de Adela González, con quien pronto contrajo nupcias. -A fin de estabilizarse, mi abuelo compró la finca que hoy recorremos, tenía entonces 7 hectáreas que fueron adquiridas por apenas 13 mil bolívares de los viejos. Entonces él trabajaba con hortalizas, pero en vista de la inestabilidad de ese negocio, decidió emprender el trabajo con las flores, el cual ha perdurado de generación en generación, pues pasó a mis padres y tíos, y ahora está en manos de hermanos, primos y las mías. Estando desde pequeño vinculado a este ambiente, Luis conoce a fondo el mundo que se esconde tras las flores, y lo hace con tanta pasión que ha logrado que se convierta en un producto de exportación que ha dado a conocer a Venezuela en rincones lejanos como Moscú, Rusia. Vuela que vuela Entre las flores con sello criollo que desde hace un año dejan en alto el nombre de Venezuela, están la Lilium (lirios) siendo la variedad disponible la robina, calas y gerberas, plantas ornamentales de llamativos colores, que se han dado a conocer fuera de las fronteras venezolanas gracias a la empresa mixta ruso-venezolana Orquídea S.A. Según Hadad, quien está aplicando el nuevo sistema de siembra en su finca, “Distribuidora Agrícola Doña Adela”, en los venideros días estarán enviando muestras de las hermosas flores cultivadas en la urbanización Potrerito del municipio Los Salias a países como Nicaragua y Bolivia, a propósito de seguir expandiendo el mercado. Como él, existen otras redes productivas en los Altos Mirandinos como lo son las fincas La Noguera y Mont Verana, ambas ubicadas en Pozo de Rosas. “Miranda dedica 110 hectáreas al cultivo de flores,cuenta con 80 productores que poseen tecnología y otros 40 que trabajan de la manera tradicional”. El impulso de trabajadores como Luis y su familia, ha hecho que la relación importación- exportación se revierta a favor de Venezuela, donde cada día están innovando para ofrecer mejores productos a un público cada vez más exigente. Combatiendo la especulación La expansión de este negocio se ha visto limitada por los especuladores, por lo que el entrevistado está apoyando la iniciativa de crear kioscos dedicados a la venta exclusiva de esta mercancía “a precio justo”. -Ya existe uno y la idea es construir este año aproximadamente 100 que estarán distribuidos en las principales ciudades del país; serían ubicados en estaciones de servicios PDV, así como en los mercados Bicentenario. Afortunadamente ahora contamos con el financiamiento gubernamental; de hecho, recientemente más de 20 productores recibieron créditos que los ayudarán a sumarse a las nuevas tecnologías que se están empleando en el mundo entero, haciéndonos competitivos a todo nivel. La reina de las flores La versatilidad de las rosas se nota en cada ocasión especial, pues son las más regaladas cada vez que el calendario marca el Día de los Enamorados y de Las Madres, respectivamente; tanto es así que es conocida como la reina de las flores tanto a nivel nacional como internacional, puesto que ha mantenido por más de 200 años. Conscientes de esta situación, desde el domingo 18 y hasta el 22 de marzo, un grupo de especialistas provenientes de Ecuador, donde cultivan las rosas más bellas del mundo (según coinciden en señalar expertos en el área), estarán visitando territorio criollo, específicamente los estados andinos, para brindar asesoría y permitir que los productores venezolanos cultiven rosas de mayor calidad, ajustándose a estándares internacionales, lo que implica un tallo de entre 70 y 100 centímetros de longitud y botones equivalentes al tamaño de una caja de cigarrillos. “Estas son experiencias significativas de suma importancia, pues hace aproximadamente 6 años atrás recibimos asesoría holandesa gracias a la cual mejoramos aún más nuestros niveles de calidad, lo que ha hecho que tengamos presencia en el mercado ruso y planes de expandirnos al chino, pues enviamos unas muestras a su embajada y quedaron encantados con el producto, lo que nos llena de orgullo y satisfacción”. " Johana Rodríguez / jrodriguez@diariolaregion.net/@michellejrl Fuente: Diario La Región |
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