Una perla natural empieza su vida cuando un objeto extraño, como un parásito o una partícula de arena, se aloja por accidente en el cuerpo suave de la ostra del cual no puede ser expulsado.
En un esfuerzo por aliviar esta molestia, el cuerpo de la ostra inicia una acción defensiva. La ostra empieza a segregar una sustancia cristalina lisa y a la vez dura alrededor del objeto irritante, con el fin de protegerse. Esta sustancia es llamada nácar.
Mientras el cuerpo extraño permanezca dentro del cuerpo de la ostra, ésta seguirá segregando nácar alrededor del objeto, capa tras capa. Después de varios años, el objeto irritante quedará totalmente encerrado dentro de esta sedosa capa cristalina. El resultado: la preciada y brillante gema llamada perla. Pero, de qué manera las preciosas perlas se forman de lo que una ostra considera simple protección contra la irritación, es uno de los secretos más preciados de la naturaleza. Ya que el nácar no es sólo una sustancia calmante.
Está compuesto de cristales microscópicos cada uno alineado perfectamente con el otro de modo que la luz que pasa a través del eje de uno es reflejada y refractada por otro para producir un arco iris de luz y color. Las perlas cultivadas se forman por ostras de manera casi idéntica. La única diferencia es que la mano del hombre implanta quirúrgicamente el objeto irritante – un trozo pequeño de concha pulida – en la ostra, en lugar de dejárselo al azar, y luego se hace a un lado para dejar que la naturaleza y la ostra obren el milagro.
Una perla inicia su vida cuando un objeto extraño penetra dentro de una ostra y no puede ser expulsado de esta | Para proteger su suave cuerpo del intruso, las células dentro de la ostra segregan una sustancia lisa y dura, llamada nácar, alrededor del objeto irritante. | Después de dos o tres años de depositar capa de nácar alrededor del objeto irritante, si la ostra sobrevive y las condiciones son las correctas, se forma una bella perla |
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